Como debió haber sucedido desde el inicio de la contienda, cuando los nativos de las diferentes etnias indígenas de la Amazonia, protestaron por la promulgación inconsulta de los Decretos Legislativos y la Ley que según ellos conculcaba la propiedad de sus tierras en favor de oligo polios extranjeros; El presidente Peruano Alan Gracía Pérez se rectificó de aquella primera actitud un poco terca y arrogante.
Sin embargo hay que reconocer que la intervención de las fuerzas del orden en Bagua, eran una necesidad, una súplica de mucha gente humilde que venia sufriendo el aislamiento y la falta de libertades para poder transitar, comercializar y hasta alimentarse y proteger su salud.
Desde Fomentando Desarrollo, Felicitamos al Presidente García por este importante síntoma de madurez y consecuencia con nuestros hermanos nativos del verde amazónico.
MENSAJE A LA NACIÓN DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, ALAN GARCÍA PÉREZ
Palacio de Gobierno, 17 de Junio de 2009
Compatriotas, peruanas y peruanos en todos los hogares del Perú:
Después de los trágicos hechos que hemos vivido en las semanas pasadas, he querido reflexionar unos días antes de dirigirme al país para restablecer con él la calma y la serenidad.
Quiero en primer lugar señalar, que el objetivo de los Decretos que aprobamos hace un año sobre la Selva, era proteger a la Amazonía, a nuestra Amazonía, porque la tala ilegal y el contrabando de la madera, porque la siembra ilegal de la coca y el narcotráfico y la minería informal que envenena los ríos con mercurio, han destruido ya más de 10 millones de hectáreas y además está la depredación y el contrabando de las especies animales de la Amazonía.
Queríamos poner orden y eso era también una exigencia de los sectores ecologistas y progresistas del Congreso norteamericano en la negociación para lograr el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos; reconozco sin embargo que entonces no se conversó con los jefes de las comunidades nativas en las que hay 300 mil peruanos, porque los 12 millones de hectáreas que tienen asignadas en propiedad esas comunidades y además los 15 millones de hectáreas de Santuarios Naturales quedaban totalmente consagradas y protegidas por los Decretos Legislativos, además después el Parlamento por mayoría modificó 17 de 33 artículos en el decreto fundamental dándole así fuerza de Ley.
Pero lamentablemente esos buenos propósitos fueron desfigurados, caricaturizados, no se comprendieron adecuadamente y agitadores, violentistas y politiqueros convencieron a muchos nativos de buena fe, que la Ley iba a quitarles el agua y la tierra, lo cual no era cierto; todo eso llevó a actos de violencia y bloqueos de carreteras y allí criminales ocultos detrás de los nativos emboscaron a la Policía y esa acción culminó con la dolorosa muerte de 24 policías y de 10 nativos; de ello se han aprovechado los enemigos del Perú para repartir por el mundo noticias falsas, políticos de otros países competidores del Perú buscaban destruir la excelente imagen de nuestra Patria que crece y reduce la pobreza y además buscaban disminuir el optimismo de los peruanos para imponernos sus ideas extranjeras.
En esta situación llega el momento de hacer un balance, de reconocer la sucesión de errores y exageraciones que hemos vivido todos de alguna o de otra manera; es verdad que el Decreto Legislativo original no fue informado o consultado con los jefes de las comunidades nativas porque se consideró, repito, que no se afectaba en nada las tierras de propiedad de esas comunidades, también es verdad que en el ambiente de pasiones y malas informaciones se volvió casi imposible razonar, dialogar o informar especialmente en las últimas semanas y lo peor, lo peor es que en la voluntad de hacer cumplir y respetar la Ley abriendo las carreteras y recuperando las estaciones de bombeo del Oleoducto Peruano, no se calculó que detrás de los nativos se ocultaría gente criminal y cruel dispuesta a matar policías y a empujar a la Policía a matar a muchos nativos, todo eso es verdad, lo asumimos, pero también es verdad que los jefes nativos creyeron en los agitadores y demagogos, en vez de revisar por ellos mismos los decretos y que sólo escuchaban en las radios de la zona, mensajes sobre cientos de muertos inexistentes y llamados a incendiar la pradera y muchos políticos utilizaban este tema para su propio beneficio.
Es una suma de errores y exageraciones de la que sale perdiendo nuestra patria, el Perú, ¿Qué hacer?
Ahora el Primer Ministro que es un hombre creyente, honesto, leal a sus principios, que no tiene temor a decir la verdad, ha tomado la decisión de volver al inicio, al comienzo de las cosas, proponer la derogatoria de los decretos y de la Ley y comenzar un nuevo diálogo con el cual se pueda aprobar nuevas normas para proteger la Amazonía y yo lo respaldo, porque es mejor una rectificación valerosa que una torpe obstinación por ver quien gana y sé que el Parlamento así lo comprenderá y yo se lo pido públicamente.
Importa poco quien gane, lo que importa es que gane el Perú, yo sé que con tiempo y paciencia las cosas se comprenderán mejor, vale la pena esperar.
Yo le pido ahora al país calma, serenidad y confianza, esa confianza y optimismo que tenía hasta hace dos semanas, se la pido; ¿saben algo queridos compatriotas? Hoy hay cosas mucho más grandes en juego, primero, salvar al Perú de la crisis mundial y hacer que afecte lo menos posible a los peruanos y a los más pobres y en segundo lugar, continuar el trabajo de construir carreteras, puertos, hospitales, agua potable, electrificación y otras obras sociales que le dan empleo a muchos peruanos.
Que un conflicto por doloroso que haya sido no nos distraiga, ni nos divida, ni nos haga olvidar esos grandes objetivos, salvar nuestra patria de la crisis y aumentar los servicios sociales para el pueblo.
Yo sé que crecer trae tensiones, aprendo que querer modernizar muy rápidamente trae conflictos, no tengamos temor de eso si el país avanza, pero evitemos la muerte y el dolor que son irremediables y si ocurrieron, rectifiquemos, reconciliemos y recomencemos.
El Perú es una democracia al servicio del ser humano y de su libertad, toda discrepancia o reclamo es bienvenida siempre que no se llegue a la violencia que casi siempre conduce a la muerte.
Compatriotas, esa es la voz de reconciliación y de paz que ahora requerimos y que debemos afirmar por encima de los errores, de las venganzas, de los rencores y los aprovechamientos políticos.
En esta hora en que la comunidad mundial vive el terror de una gran crisis económica, le repito que los peruanos unidos todo lo podremos, la voz de la unión es la voz del triunfo de nuestra patria.
Muchas gracias por haberme escuchado y que Dios los bendiga en todos sus hogares.
Muchas gracias.
Lima, 17 de junio de 2009